La leche materna es el primer alimento que recibe el niño desde el mismo instante en el que nace. Es el alimento perfecto para el recién nacido y en caso de poder, es la mejor opción hasta los 6 meses, de forma exclusiva.
La lactancia materna es la forma ideal de alimentar al bebé, ya que le aporta todos los nutrientes necesarios para su crecimiento.
Tras innumerables estudios durante los últimos años, la OMS establece la recomendación de realizar lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y hasta los 2 años de edad.
Entre los beneficios que ofrece esta forma de alimentar al bebé, encontramos las siguientes:
- La composición nutricional de la leche es la adecuada en cada momento del crecimiento del niño, ya que la madre produce distinta proporción de nutrientes según avanza el tiempo.
- La madre genera anticuerpos que se transmiten a través de la lactancia y por tanto, protege el sistema inmunitario del bebé.
- Los bebés amamantados tienen menor riesgo de padecer algunas enfermedades como afecciones respiratorias, cardiacas, intestinales o alergias.
- Hay un menor riesgo de obesidad en el niño, puesto que ya desde la lactancia, regula él mismo la cantidad de comida en función de su apetito.
- También se ha demostrado un menor riesgo de caries dental en los niños que se alimentan con lactancia materna exclusiva.
- La lactancia materna permite alimentar al niño en cualquier momento y lugar, sin necesidad de preparaciones.
- Ayuda a establecer un vínculo madre-hijo, incluso ayuda a regular el sistema hormonal de la madre, segregando mayor cantidad de oxitocina.
- La madre reduce el riesgo de padecer depresión postparto, hemorragias, anemias e incluso algunos tipos de cáncer.
- Aumenta el gasto calórico y por tanto, aumenta la facilidad para recuperar el peso.
La leche materna ya no le alimenta
Esto, en la mayoría de los casos (por no decir casi el 100%) no es cierto. La mujer que amamanta es plenamente capaz de producir la leche que su bebé necesita; de hecho, la cantidad será aquella acorde con la succión que el niño realiza en tomas anteriores, de tal manera que llegarán a un ajuste casi perfecto en el que la madre tiene la leche que su hijo necesita ni más ni menos.
A estas alturas ya solo es agua
Tampoco es cierto, durante los primeros 6 meses, la leche materna es un alimento completo para el bebé, no necesita ningún complemento. Pasados los 6 meses, comenzará con la alimentación complementaria (complementaria hasta los 12 meses, es decir, la leche seguirá siendo el alimento principal) pero no dejará de tener nutrientes, ni siquiera pasados los 12 meses y hasta que el niño y la madre quieran dejarlo. Hasta ese momento, la leche será leche, con la composición adecuada para el crecimiento del niño”
Algunos alimentos dan mal sabor a la leche
El consumo de ciertos alimentos con sustancias muy volátiles como los espárragos o las alcachofas podrían modificar ligeramente el sabor de la leche, igual que cualquier ingesta que haga la madre, pero el bebé no tiene ni por qué identificarlo y si así fuera, no implica rechazo. Es más, algunos estudios insinúan que dicho bebé podría ser más receptivo a probar diferentes sabores cuando comienza con la alimentación complementaria.
Por una copa de vino no pasa nada
Si nos preocupamos por unos espárragos ¿por qué no lo hacemos con el alcohol? La madre que amamanta deber ser muy responsable con el consumo de alcohol, tabaco y drogas, ya que esto no sólo podría perjudicar su propia salud sino la de su bebé también.
Consejos sobre la lactancia materna
En el caso de tener dudas acerca de si la alimentación a través de la lactancia está siendo suficiente y adecuada, basta con comprobar en las revisiones pediátricas el crecimiento del bebé. Si este aumenta en cm y aumenta de peso, es que se está alimentando de forma adecuada. Además, si no gana o pierde peso, un profesional (pediatría o nutrición) debería estudiar el caso de manera personalizada y comprobar si hay algún problema de salud.
La lactancia materna es una forma de vida, no solo un tipo de alimentación; implica grandes beneficios a nivel nutricional y emocional para la madre y su bebé, por lo que debería ser una recomendación indiscutible.
Existen casos en los que resulta imposible llevarla a cabo como en niños prematuros o con malnutrición, partos múltiples, niños o madres enfermas… pero siempre serán casos excepcionales.
Que una madre decida voluntariamente no llevar a cabo la lactancia materna es igual de respetable que aquella que sí quiera hacerlo y hasta cuando ella quiera, ninguna debe ser juzgada por la decisión que tome porque a la hora de criar a un hijo, seguro que su propia madre toma las decisiones que considera mejores para los dos.
Existen en España numerosas asociaciones que ayudan a las madres con dificultades para realizar la lactancia materna y sirven de apoyo para que la mujer no encuentre ningún tipo de dificultad física o emocional en este proceso que es fundamental en el desarrollo del bebé.