Cerveza tras el ejercicio
Son muchos los corredores que se toman una o varias cervezas después de realizar un entrenamiento o competición de intensidad moderada.
En algunos casos, se dice que incluso es mejor para hidratarse y reponer sales minerales que el agua…
Es cierto que la cerveza contiene ciertos nutrientes que pueden proporcionar un beneficio para la salud. Más del 90% es agua y el resto de componentes son minerales como el potasio y magnesio (ayudan a la recuperación muscular), polifenoles (antioxidantes) y vitaminas del grupo B (importantes para el sistema inmunológico, la obtención de energía para nuestro metabolismo y la intervención en el crecimiento celular).
La cerveza puede encajar en la dieta del deportista siempre que ésta sea de baja graduación, se consuma con moderación y como complemento al agua.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Granada concluyó que no había perjuicio con un consumo moderado de cerveza tras un ejercicio intenso; la hidratación se produjo de igual manera que si se consumía agua.
No hidrata más que el agua. Por el efecto diurético del alcohol, si se consume en exceso (a partir de 2 “tercios”), no se hace más que empeorar la deshidratación que ya se sufre con el entrenamiento.
Nunca se debe hacer promoción del consumo de bebidas alcohólicas, ya que aporta más riesgos que beneficios.
Finalizar una ruta, calmar la sed con agua para rehidratarse y después tomar una caña en una terraza no está reñido con la salud, pero recomendamos elegir la versión “sin”, ya que aporta los mismos beneficios evitando el consumo de alcohol.