Hablar de relaciones psicológicas con problemas como la obesidad puede resultar farragoso, pero vamos a tratar de analizar este tipo de relaciones multifactoriales de una forma lo más concisa y clara posible.
La relación entre psicología y obesidad
Cuando hablamos de obesidad, no nos damos cuenta en la mayoría de los casos, que se trata condición compleja, en la que además de una serie de consecuencias físicas de sobra conocidas, implica paralelamente, una serie de consecuencias emocionales, cognitivas, sociales, de las que debemos ser conscientes al objeto de aprender a prevenirlas, manejarlas, e implementar estrategias que promuevan una pérdida de peso saludable, acompañado de un aumento en el bienestar personal. Vamos a conocer más sobre estos aspectos y a desarrollarlos.
Factores psicológicos que influyen en la obesidad
En primer lugar, debemos dedicar un tiempo previamente a planificar nuestras comidas a fin de Podríamos caer en el error de pensar que obesidad es simplemente una cuestión de exceso de peso corporal, sin embargo, como ya anunciábamos anteriormente, la obesidad se acompaña de una serie de consecuencias sociales, cognitivas y emocionales que no podemos pasar por alto.
En primer lugar, no podemos obviar que el uso de la comida como mecanismo de afrontamiento ante emociones negativas, está detrás de muchos de los casos de obesidad, por lo que resulta relevante trabajar las causas subyacentes si queremos tener éxito al tratar la obesidad. De no hacerlo, estaríamos luchando de manera inútil contra los síntomas, sin entrar en la causa del problema, esta estrategia está siempre abocada al fracaso.
Por ello, resulta imprescindible en estos casos, realizar un trabajo de consciencia sobre este “comer emocional” para ir limitando su influencia y los daños que puede estar provocando al programa de recuperación.
Por otro lado, diferentes estudios muestran que la relación bidireccional entre una baja autoestima y la obesidad. Es decir, las personas obesas tienden a tener una baja autoestima, pero también, las personas con baja autoestima tienden a convertirse en obesas con el paso del tiempo. Esto nos indica que sin duda las terapias/entrenamientos, tendentes a mejorar la autoestima de la persona, nos ayudarán ostensiblemente en los procesos de reducción de peso.
En lo referente a las mencionadas influencias cognitivas de la obesidad, creencias erróneas sobre el peso “los gordos son más felices”, “si no cumplo determinados estándares sociales no merece la pena cuidarse”, etc. influyen en muchas ocasiones en el mantenimiento de hábitos alimenticios poco saludables. Analizar con la persona, la existencia de estas creencias disfuncionales se convertirá, por tanto, en otra parte más del tratamiento.
Un tercer factor por abordar desde la Psicología, además de los emocionales y cognitivos, pero no menos importantes, son los factores sociales. La discriminación basada en el peso, la conocida “gordofobia”, se puede convertir en una presión psicológica significativa para el individuo. Muchas personas obesas enfrentan burlas o prejuicios sociales que afectan a su bienestar. Trabajar estos aspectos, nos ayudarán a afrontar de manera más positiva y beneficiosa para el cliente, todo el proceso de pérdida de peso.
En otros casos, nos encontramos que los problemas alimenticios que puede estar sufriendo un adulto, provienen de dinámicas familiares adquiridas durante la infancia, pero que todavía están perdurando y que ocasionan comportamientos alimentarios negativos. Conocer este tipo de influencias y aprender a gestionarlas es otra de las partes intervinientes en el proceso.
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Estrategias psicológicas para abordar la obesidad
Existen multitud de estrategias psicológicas que podemos utilizar a la hora de abordar la obesidad, vamos a tratar de desgranarlas. En primer lugar, aclarar que todas ellas pueden trabajarse de forma asociada, conjunta, disgregada…, es decir, la utilización de unas no elimina automáticamente otras, y deberemos de ceñirnos a las particularidades de la persona para dilucidar cuáles de ellas pueden funcionar de una manera óptima.
El inicio de un tratamiento de pérdida de peso efectivo, suele encontrarse en la elaboración de una serie de objetivos que deseamos alcanzar. Dichos objetivos, han de cumplir una serie de requisitos, si queremos que sean exitosos. Una meta demasiado difícil acabará probablemente desmotivando a la persona, pero también lo hará una fácilmente alcanzable, por lo que un objetivo desafiante, pero realizable, es parte fundamental en esta fase.
También resulta muy importante cuando hablamos de objetivos, especificarlos, aterrizarlos, convertirlos en comportamientos y no dejarlos en la nube de los deseos. Por ejemplo, decir “voy a caminar 30 minutos al día” resulta mucho más objetivable que “voy a perder peso”. Convertir nuestros sueños en comportamientos medibles, nos acercará en mayor medida al éxito.
Como hemos comentado anteriormente, el “comer emocional” es en muchas ocasiones el origen del problema y el factor principal que lo sustenta en el tiempo. Utilizar la comida como mecanismo de lucha contra las emociones negativas o el estrés es la columna sobre la que se construye y se sustenta la obesidad. Cualquier afrontamiento que hagamos sin eliminar esta columna, además de estar abocado al fracaso, afectará negativamente a la persona, minando su autoestima y sus mecanismos de afrontamiento, lo que dirigirá al naufragio, procesos de pérdida de peso futuros.
Por ello, estrategias de lucha contra el estrés, las emociones negativas y las malas relaciones con la comida, como pueden ser el Mindfulness o el Mindful Eating, pueden ayudarnos claramente en este tipo de programas.
De la misma manera, la Terapia Cognitivo Conductual ha mostrado a lo largo de los años ser de gran ayuda a la hora de identificar creencias disfuncionales acerca del cuerpo y la comida y fomentar habilidades de afrontamiento más saludables.
Dentro de estas técnicas, estrategias como el registro de comidas o la educación nutricional, se han mostrado como importantes aliados a la hora de ganar consciencia sobre los alimentos que ingerimos y su influencia en cómo nos sentimos y comportamos.
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Recomendaciones nutricionales
Como hemos visto. Las estrategias psicológicas son fundamentales para abordar los aspectos físicos y emocionales involucrados en la obesidad. Desde un enfoque holístico en el que integramos salud mental junto al bienestar físico, maximizamos las posibilidades de éxito duradero. En Nutrium, estamos a tu disposición para acompañarte en cualquier proyecto de mejora personal que desees afrontar.