La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que se encuentra caracterizado por la necesidad extrema de ingerir grandes cantidades de comida. Por lo general, suelen tratarse de elecciones alimentarias menos saludables o recomendables (comida basura) que en un día a día normal la persona no se permitiría o restringe debido a su alto contenido calórico.
La cantidad de alimentos ingeridos es grande y tanto su elección como administración queda fuera del control de la persona. Cómo consecuencia se generan sentimientos de culpabilidad que derivarán en técnicas purgativas (vómito autoinducido, uso de laxantes…) o ejercicio excesivo.
Los periodos de Bulimia Nerviosa suelen alternarse con épocas de ayunos y dietas restrictivas con remisiones y recaídas.
¿Qué es la bulimia nerviosa?
La bulimia nerviosa se caracteriza por episodios (por lo menos una vez a la semana durante un mínimo de tres meses) en los que la persona ejecuta en un breve período de tiempo (<2 horas) una ingesta superior a la esperada (grandes cantidades de alimento).
La persona siente que ha perdido el control y generalmente se acompaña o bien de períodos de ayuno, o de medidas purgativas (vómitos, laxantes) o de control del peso (dietas, ejercicio). La persona manifiesta una preocupación importante por su peso y silueta.
EL DSM-5 especifica la gravedad, con base en los siguientes criterios:
- Leve: alrededor de 1-3 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana.
- Moderado: alrededor de 4-7 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana.
- Grave: alrededor de 8-13 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana.
- Extremo: alrededor de 14 episodios o más de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana.
Tipos de bulimia nerviosa
- Tipo Purgativo. Durante el episodio de Bulimia Nerviosa, la persona se provoca de forma regular y cómo método de compensación, la inducción de vómitos y uso de laxantes.
- Tipo no purgativo. En este caso, la persona hace uso de otro tipo de conductas compensatorias inapropiadas, como puede ser el ayuno, el ejercicio en exceso o dietas totalmente restrictivas.
Causas de la bulimia nerviosa
Al igual que en otros TCA, la comprensión sobre las posibles causas de aparición no son sencillas, sino una combinación de aspectos biológicos, psicológicos, sociales, antecedentes familiares… Algunas de las posibles causas de desarrollo y mantenimiento de Bulimia Nerviosa son:
- Trastornos mentales o desórdenes neurológicos en convivientes y familiares de la persona.
- Medios de comunicación mostrando modelos e influyentes que divulgan delgadez y búsqueda de perfección asociada al éxito.
- Presión por modas y tendencias culturales.
- La fijación por un cuerpo concreto es una práctica común entre los jóvenes que contribuye a la aparición de diferentes problemáticas y trastornos relacionados con la alimentación, principalmente a lo largo de la etapa de la adolescencia.
- Presencia de otros trastornos diagnosticados (ej. depresión).
- Falta de aceptación corporal y baja autoestima.
- A lo largo de la adolescencia se da gran importancia al estado físico y las mujeres son más propensas a basar su autoestima a partir de una apariencia, lo cual genera que lleven a cabo restricciones y dietas que pueden derivar en una Bulimia Nerviosa.
- Hay un estrecho vínculo entre dieta estricta restrictiva e ingesta compulsiva. No obstante, el simple hecho de realizar una dieta no asegura el desarrollo de una relación disfuncional con la alimentación. Aunque sí es cierto que un tipo de dieta restrictiva unida a otros factores (baja autoestima, personalidad, factores sociales….) pueden mayor posibilidad de generar el desarrollo del mismo.
Síntomas de la bulimia nerviosa
En un primer momento de su desarrollo no es un trastorno tan evidente a la vista del resto como puede ser Anorexia Nerviosa. Pero en caso de mantener los atracones, así como las conductas compensatorias a lo largo de tiempo, se pueden generar una serie de consecuencias físicas y psicológicas importantes en la persona:
Síntomas físicos
- Dilatación gástrica, enlentecimiento del proceso digestivo, dilatación de las glándulas salivales, dolor de estómago. Alteración de las sensaciones de hambre y saciedad, como consecuencia de los atracones.
- Afectación bucodental. Erosión del esmalte dental, úlceras en la boca, dolor de garganta, trastornos metabólicos.
- Heridas en los nudillos de las manos, resultado de los vómitos.
- Estreñimiento crónico, problemas de motilidad intestinal y retención de líquidos, debido al uso de laxantes y diuréticos.
- Problemas menstruales.
- Riesgo de sobrepeso.
Síntomas psicológicos
- Alteraciones emocionales: sentimientos de culpabilidad tras la ingesta, malestar debido a la falta de control, sentimientos depresivos o ansiosos, cambios bruscos de humor, insatisfacción con la imagen corporal, baja autoestima.
- Alteraciones cognitivas: generalizaciones excesivas, distorsiones cognitivas, pensamientos dicotómicos, pensamientos obsesivos sobre la comida y el peso, desconocimiento sobre nutrición, creencias irracionales sobre el cuerpo, sentimiento de ineficacia, pensamientos de superstición y magnificación de las consecuencias negativas.
- Alteraciones conductuales – comportamentales: principalmente alteraciones sobre el tipo de ingesta, conductas específicas relacionadas con la comida (comer en secreto, comprar grandes cantidades y de comida y prepararla a solas para los atracones, ingerir los alimentos de forma rápida…) y comportamientos relacionados con el cuerpo (pesarse mucho o nunca, cubrirse el cuerpo con ropa amplia, etc.).
Criterios diagnósticos de la bulimia nerviosa
Presencia de atracones recurrentes. Los atracones se deben caracterizar por:
- Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (aproximadamente 2 horas) y en cantidades superiores a la ingesta habitual en ese espacio temporal en condiciones de normalidad.
- Sensación de pérdida de control sobre la ingesta, no pudiendo controlar las elecciones, el tiempo, la cantidad de comida…
- Llevar a cabo conductas compensatorias inapropiadas. Realizar esta conducta con la intención de no ganar peso de forma continuada y repetida. Entre estas conductas encontramos la provocación del vómito, uso excesivo de laxantes y diuréticos, ayuno y ejercicio excesivo.
- Tanto los atracones como las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar al menos dos veces por semana durante un periodo de tres meses.
- La autoevaluación de la persona está principalmente influida por su silueta corporal y su peso.
Tratamiento de la bulimia nerviosa
Como hemos mencionado en otros Trastornos de la Conducta Alimentaria, la Terapia Cognitivo Conductual está bien definida y reconocida para el tratamiento de los TCA y relaciones disfuncionales con la alimentación. Algunos de los puntos claves a trabajar a lo largo del acompañamiento con el paciente son:
- Psicoeducación enfocada en la propia enfermedad, en la alimentación y en las conductas purgativas.
- a. En primer lugar, es necesario que conozca que conlleva una Bulimia Nerviosa.
- b. Conocer efectos y consecuencias de este TCA.
- c. Eliminar creencias irracionales sobre ciertos alimentos, conductas purgativas…
- d. Trabajar desde una educación enfocada en la salud.
- e. Generar una dieta progresiva y adecuada a la persona de la mano del nutricionista.
- Tratamiento de la autoestima
- Tratamiento de la alteración de la imagen corporal.
- Recuperar actividades funcionales y agradables.
- Trabajar las distorsiones cognitivas enfocadas en relación a su cuerpo y la alimentación.
- Prevención de respuestas purgativas.
- Identificar situaciones de riesgo.
- Fomentar habilidades de afrontamiento y resolución de problemas.
- Técnicas Relajación.
- Apoyo social y familiar.
Recomendaciones psicológicas
ADQUIRIR Y COMPROMETERNOS CON NOSOTROS MISMOS A TRAVÉS DE RUTINAS EQUILIBRADAS, RESPETUOSAS Y ALINEADAS CON LO QUE SOMOS. Te preguntarás, ¿CÓMO?
- Fomentando la importancia de llevar a cabo unos hábitos saludables (horarios, rutinas, elecciones alimentarias, flexibilidad alimentaria…)
- Trabajar la instauración de una dieta sana, equilibrada y variada que incluya todos los alimentos necesarios (limitar, no prohibir, el consumo de dulces, comida rápida…)
- Introducir la actividad física en nuestra rutina diaria, adaptándola a nuestros gustos, estilo de vida, valores y a través de objetivos realistas y progresivos que puedan mantenerse en el tiempo
- Vigilar y trabajar nuestro diálogo interno (crítico, amable, respetuoso…) e intentar tomar consciencia de los mensajes que nos mandamos en nuestro día a día.
- Inculcar nuevos hábitos que ayuden a mejorar nuestra relación con la comida. Te propongo hacer la lista de la compra, cocinar, introducir nuevas recetas con alimentos variados…
- Reducir tu tiempo en redes sociales. Es un espacio que genera grandes inseguridades y comparaciones que en muchas ocasiones derivan en disfuncionalidades con nuestro cuerpo y nuestra alimentación.
- Trabajar nuestra autoestima y tomar espacios de autocuidado y escucha consciente.