Somos lo que comemos. Es una frase que no puede ser más cierta. Nuestra alimentación (lo que ingerimos, las cantidades en las que lo hacemos y la forma de hacerlo) influye directa o indirectamente en el funcionamiento de nuestro organismo. Es el caso también de la diverticulosis y la diverticulitis. Sigue leyendo para descubrir qué significan estos dos conceptos o, en caso de saberlo ya, conocer un poco más sobre ellos.
¿Qué es la diverticulitis o diverticulosis?
Para hacerlo sencillo y entendible, en el colon y en el intestino grueso pueden encontrarse un conjunto de pequeñas bolsas llamadas divertículos. Así, cuando hablamos de diverticulosis es cuando, efectivamente, existen estas bolsas que sobresalen en la pared del colon. Pero, además, existe la posibilidad de que estos también llamados sáculos se inflamen; entonces estaríamos hablando de diverticulitis.
Causas de la diverticulitis
Lo cierto es que se trata de una patología un tanto compleja, lo cual significa que a día de hoy todavía no se conoce del todo. Hay otros factores que causan la aparición de la diverticulosis, pero la principal es que la presión interna del colon crece, lo cual supone que sus capas internas prolapsen (es decir, salgan de su estructura anatómica habitual) en esos puntos en los que se encuentra más débil; apareciendo, entonces, la diverticulosis. Por otro lado, un bajo consumo de fibra, alto consumo de grasas y carnes rojas, el tabaco, el sedentarismo, el alcohol y el sobrepeso también pueden tener su parte de culpa en la aparición de la diverticulosis.
Síntomas de la diverticulitis o verticulosis
En cuanto a los síntomas que produce la diverticulosis o verticulitis, lo cierto es que la gran mayoría de personas que la padecen son asintomáticas. No obstante, cuando estos sí aparecen, que suelen ser en el 20% de los casos, aproximadamente, pueden darse en forma de:
- diarrea o estreñimiento
- fiebre
- dolor abdominal
- cansancio
- náuseas
Tratamiento alimentario de la diverticulitis
Tal como hemos visto en las causas de la diverticulosis, el consumo o la baja ingesta de según qué alimentos puede suponer una parte del tratamiento de la diverticulosis. A grandes rasgos, la dieta que sigas debe tener un alto contenido en fibra.
Lo cierto es que una alimentación alta en fibra supone, además, un beneficio para la salud en general, y no solamente para aquellas personas que padecen diverticulosis. Esto se debe a que, cuanta más fibra, menos riesgo de sufrir obesidad o sobrepeso (lo cual, también, ayuda a reducir las posibilidades de desarrollar diverticulosis).
¿Qué alimentos son ricos en fibra? Estamos hablando de cereales (trigo, centeno, avena, cebada, espelta, etc) frutas y verduras, semillas y legumbres (como judías, garbanzos o lentejas), entre otros productos.
Recomendaciones nutricionales
La diverticulosis y la diverticulitis son dos patologías que tienen gran parte de su aparición, pero también de su tratamiento, en la alimentación. Una de las causas es un bajo consumo en fibra, por lo que controlarlo significa construir una dieta que tenga como base este nutriente, combinado con otros que mantengan la alimentación equilibrada y saludable. Si necesitas guía o indicaciones, te recomiendo que busques a un especialista que te ayude en este proceso. En Nutrium contamos con dietistas nutricionistas preparados para llevar a cabo una dietoterapia. ¡Contáctanos y te contamos todo!