Seguro que en más de una ocasión has oído hablar de la anemia. Voy a contarte qué es exactamente, por qué se da, cuáles son los síntomas y qué puedes hacer, desde la perspectiva de la alimentación, para controlarla.
¿Vamos?
¿Qué es la anemia?
Según la Clínica Universidad de Navarra, “La anemia se define como una disminución en el número de glóbulos rojos (o hematíes) en la sangre o en los niveles de hemoglobina respecto a los valores normales”. La principal función de los glóbulos rojos es transportar el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo. Por lo tanto, en otras palabras, una reducción de estos componentes implica que el oxígeno no llega correctamente a todos los órganos. Por ende, estos no funcionan como deberían. Esto da lugar a la anemia.
Causas de la anemia
Ahora que ya sabemos que la anemia conlleva esa pérdida de glóbulos rojos, vamos a ver cuál es la razón de ese decrecimiento.
Puede deberse a que no se producen suficientes o haya algún error en su formación. Estaríamos hablando, por ejemplo, del déficit de hierro (llamada anemia ferropénica), de una infección o causa que provoque que el cuerpo deje de fabricarlos (anemia aplásica), o de bajos niveles de vitamina B12 en la dieta y, por consiguiente, en el organismo.
Por otro lado, puede ser que los glóbulos rojos se estén descomponiendo o destruyendo. Es el caso de la llamada anemia hemofílica autoinmunitaria, que se da cuando el sistema inmunitario los ataca erróneamente.
Y, por último, otra razón puede ser una pérdida de sangre. Estaríamos hablando de hemorragias causadas por heridas, por la rotura de los glóbulos rojos o por sangrados menstruales abundantes.
Podría decirse que esas son las tres causas más comunes de la anemia. En cualquier caso, es posible que se den otras circunstancias y sean esas las que la provoquen. Para asegurarse, la mejor opción siempre es la misma: acude a tu médico, que te haga las pruebas pertinentes y asegúrate de la causa para poder remediarla.
Síntomas de la anemia
La particularidad de la anemia es que puede darse de forma aguda o crónica y, en realidad, dependiendo de esta circunstancia, los síntomas se manifestarán de una manera o de otra.
Aunque en diferentes niveles y a distintos tiempos, los síntomas de la anemia pueden ser los siguientes:
- Cansancio o fatiga
- Taquicardia
- Dificultad al respirar
- Fragilidad de las uñas y el pelo
- Palidez
Tratamiento alimentario de la anemia
Una vez se sepa la causa de la anemia que padeces, es entonces cuando se puede empezar a hablar de un tratamiento. En los casos más graves de anemia, podría incluso ser necesario una transfusión de concentrados de hematíes; sin embargo, las anemias causadas por déficit de vitamina B12, ácido fólico o hierro bien pueden tratarse con la ingesta de estos nutrientes. En ese sentido, desde el punto de vista alimentario, es necesaria el consumo de alimentos que contengan estos principios. Estaríamos hablando de carnes, pescados (preferiblemente azules, como el atún) o huevos, entre otros. También se pueden obtener (no la vitamina B12) a través de alimentos vegetales como verduras, cereales integrales o legumbre, aunque habría que estudiar bien la cantidad y la combinación con otros alimentos.
La vitamina C es una buena aliada también en este caso, puesto que favorece la absorción del hierro que proviene de alimentos vegetales, en caso de ser este el nutriente que le falte a tu organismo. En este caso, también podemos contar con frutas como el kiwi o la fresa y con verduras como el pimiento rojo, la coliflor o el brócoli.
Recomendaciones nutricionales
Sobre todo en aquellos casos en los que hay un déficit de nutrientes, la alimentación juega un papel importante. Si quieres asesoramiento sobre cómo organizar tus menús para atender a las necesidades que requiere la anemia, puedes contactar con nosotros. En Nutrium contamos con profesionales especializados en tratamiento nutricional de enfermedades o dietoterapia. ¡Escríbenos e infórmate!
