Se estima que un 35% de los tumores tienen su origen en la alimentación (bien sea por el exceso de grasa, o por sustancias cancerígenas presentes en los alimentos).
Aunque no hay alimentos que produzcan cáncer directamente, hay varios alimentos, sustancias o componentes que aumentan el riesgo de padecer cáncer si se consumen en abundancia. Estos alimentos o sustancias provocan daños en el ADN (mutaciones), llegando a producir células tumorales si estos daños son frecuentes o repetidos en el tiempo.
Un claro ejemplo es el alcohol: el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer de colón o el de estómago aumenta desde el momento en el que se ingiere alcohol. Por tanto, la única cantidad segura es cero, es decir, evitar el consumo de alcohol. Cuanto mayor sea el consumo de alcohol, mayor será el riesgo de desarrollar cáncer.
Además, recientes estudios asocian el sobrepeso y la obesidad (o más bien, el exceso de grasa corporal), con un riesgo aumentado de padecer cáncer. Por tanto, un patrón alimentario saludable, nos ayudaría a prevenir un exceso de grasa. Consumir frutas y verduras a diario, legumbres, cereales integrales, así como evitar los procesados, bollería y fritos, son hábitos que comprenden un patrón alimentario saludable, que podría ayudarnos a mantener saludable la cantidad de grasa corporal.
8 Alimentos cancerígenos que debes evitar si padeces de cáncer
Como explicamos antes, hay alimentos o sustancias que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, pero esto no quiere decir que su consumo vaya a provocar directamente un cáncer en el individuo que lo consume. Algunos de estos alimentos son:
Carnes rojas
El hierro hemo, presente en las carnes rojas, es capaz de formar radicales libres, que podrían dañar la estructura del ADN y provocar mutaciones.
Al cocinar la carne roja a altas temperaturas, se forma acrilamida (un compuesto orgánico heterocíclico), que aumentaría los daños en el ADN.
Hay numerosos estudios que apuntan que los nitritos y nitratos añadidos a la carne roja, pueden formar sustancias cancerígenas en el organismo. Estas sustancias, llamadas nitrosaminas, podrían alterar el ADN de las células intestinales.
Hay bacterias en la flora intestinal que pueden generar óxido de trimetilamina a partir de las carnes rojas, concretamente a partir de la carnitina. Este compuesto sería responsable de enfermedades cardiovasculares
Embutidos
El uso de nitritos y nitratos utilizados en la elaboración de embutidos se relacionan con el aumento del riesgo de cáncer.
Carnes procesadas
Las carnes procesadas, además de nitritos y nitratos, contienen grasas de baja calidad y aditivos, que aumentan el riesgo de padecer cáncer si su consumo es excesivo.
Azúcares y dulces
Las células tumorales se alimentan principalmente de glucosa, por lo que si hemos sido diagnosticados de cáncer, debemos evitar el azúcar y sus derivados para evitar su crecimiento. Además, el consumo excesivo de azúcar se relaciona con el desarrollo de obesidad, otro factor de riesgo de numerosos tipos de cáncer.
Los dulces, bollería, helados, galletas, cereales de desayuno suelen contener entre sus ingredientes gran cantidad de azúcares, así como grasas saturadas, grasas hidrogenadas y grasas trans, relacionadas con múltiples problemas de salud.
Edulcorantes
Se están desarrollando numerosos estudios que relacionan el consumo excesivo de los edulcorantes artificiales con un riesgo aumentado de desarrollar diferentes tipos de cáncer, como cáncer de mama y cáncer de próstata.
Entre los edulcorantes artificiales más perjudiciales destacan el aspartamo y el acesulfamo-K.
Alimentos con zonas quemadas
Los alimentos con zonas quemadas contienen acrilamida, estudiado por la FSA (Food Standards Agency) por su relación con el cáncer. La acrilamida se produce a partir de la aspargina, un aminoácido presente en patatas, pan…. En un principio, a temperaturas moderadas, se produce la reacción de Maillard entre los aminoácidos y los azúcares reductores. La reacción de Maillard es la que produce que el pan tostado huela y sepa tan bien, con ese olor característico, siempre que se produzca a temperaturas controladas. Cuando las temperaturas son muy elevadas, provocando que se queme el alimento, se produce la acrilamida. Es por esto que es importante desechar los alimentos que se han quemado.
Ahumados
Numerosos estudios apuntan a que una dieta rica en ahumados, salados y adobados aumenta el riesgo de cáncer de esófago y de estómago, por su contenido en hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).
Los HAPs se generan durante la combustión del carbón, el gas, la madera y otras sustancias orgánicas. Podemos encontrarlos en los alimentos ahumados y alimentos hechos en barbacoas.
Tabaco
El tabaco, aunque no es un alimento, es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer. Contiene más de 50 sustancias cancerígenas. Se estima que el tabaco podría estar detrás de 9 de cada 10 casos de cáncer de pulmón.
Actualmente, el consumo de tabaco se relaciona con cáncer de: vejiga, sangre (leucemia mielógena aguda), cuello de útero, colorrectal, esófago, riñón, hígado, pulmones, bronquios, tráquea, de boca, garganta, páncreas, estómago y laringe.
Recomendaciones nutricionales
Si quieres evitar las enfermedades como la diabetes, la hipercolesterolemia, la hipertensión o el cáncer, es recomendable llevar un estilo de vida saludable, con un patrón de Dieta Mediterránea: consumo de frutas y hortalizas a diario, carnes blancas (limitando las carnes rojas y procesadas), pescados blancos y azules, legumbres, cereales integrales, frutos secos…. evitando los azúcares y los alimentos procesados.
Además, si acabas de ganar la guerra al cáncer, es importante seguir un patrón dietético saludable para evitar recidivas.
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