La emoción mezclada con nervios de ilusión solo se ven interrumpidas por al golpe de frío que se siente en Roncesvalles, este lugar tan abarrotado de gente pero tan silencioso, tan lleno de zapatillas y bastones pero tan espiritual…
Yago solo quiere jugar, subiéndose a los muros de la ermita, saltando en las baldosas y cogiendo piedras del albergue, pero Lola siente la tensión, vive cada paso que damos con la ilusión del reto al que se enfrenta.
Acudimos a la misa del peregrino y no podemos contener la emoción, cuando llega el momento de la bendición a los caminantes y recordamos nuestros motivos, las familias que luchan cada día, los que nos faltan pero sentirían orgullo, la inminente despedida de mamá…
Paz, nuestra querida Paz, el ejemplo de madre entregada y amorosa por excelencia nos ha aconsejado no hacer planes, como ella hace en su vida “sobre la marcha” y eso procuraremos hacer, enfrentarnos al camino con ilusión, con esfuerzo y sobre la marcha!!
Es importante que Lola y Yago aprendan, entre otras muchísimas cosas, que no hace falta una pantalla ni un salón lleno de juguetes para ser feliz y que se puede pasar un mes con dos prendas de ropa. Queremos que descubran las cosas importantes de la vida. A la hora de repartir las pulseras antimosquitos sorteamos entre risas el color de cada uno, no hay más juego posible hoy antes de acostarnos, estamos nosotros y nuestro camino, sobre la marcha..
Estamos deseando comenzar y compartir con todo el mundo nuestra experiencia; queremos ayudar a Fundame con la investigación, con los tratamientos y sobre todo con la visibilidad, que nadie se quede sin saber que esta enfermedad rara existe y todos los niños merecen vivir de la mejor manera posible.