Penúltima etapa de esta aventura en la que nos embarcamos hace un mes. Las emociones han estado presentes durante todos estos días, pero es ahora cuando realmente nos estamos dando cuenta de lo que hemos vivido. Y los sentimientos son encontrados: por un lado tenemos ganas de que esto acabe, porque no es un viaje fácil y tenemos muchísimas ganas de ver a mamá. Pero por otro lado… está siendo una experiencia increíble, tanto para mí como para Yago y Lola (creo que sobre todo para Lola), porque hemos conocido a tanta gente buena y a la que nos llevamos en el corazón… que será complicado despedirnos.
En cualquier caso, la etapa de hoy se presenta bien. Vamos contentos, ligeros… hemos parado a los 12 kilómetros de nuestra salida de Arzúa. Hemos aprovechado para comer y, desgraciadamente, nos ha tocado presenciar un episodio un tanto feo. Resumiendo, en el bar había unos lugareños que, mientras tomaban algo y veían unos vídeos, estaban haciendo bastante ruido. Al lado había sentado un chico belga con el que nos hemos cruzado ya alguna vez. Harto de los paisanos, se ha levantado y (de malas formas, todo hay que decirlo) les ha dicho que se callasen ya, que la gente quería tranquilidad. Uno de los lugareños se ha levantado y, respondiéndole con las mismas malas formas, le ha empujado y tirado al suelo. Al final todo ha quedado ahí: el belga ha ido al rato a disculparse pero no han aceptado sus disculpas. A nosotros nos ha dejado mal sabor de boca, así que hemos comido y hemos seguido nuestro camino.
Hemos continuado bien hasta que Lola ha tenido un pequeño accidente. Viene arrastrando una manía cuando va en la bici cuesta abajo que es meter el pie debajo de la rueda de atrás. No paro de repetirle que no lo haga, que al final se hará daño. Si antes lo digo… en una curva se ha atropellado a sí misma y ha tropezado. Seguro que ya no vuelve a poner el pie ahí.
En la llegada a O Pedrouzo nos hemos encontrado con el punto de apoyo al peregrino de la Guardia Civil, que estaban con Carabinieri (Italia), Gerdanmería Nacional (Francia) y Guardia Nacional Republicana (Portugal). Hemos estado charlando un rato con ellos, nos han preguntado por nuestro reto, nos hemos hecho fotos (que han colgado en la cuenta oficial de la Guardia Civil)… y nos han dado un montón de pegatinas y pulseras; la bici de Lola parecía un coche patrulla. Desde aquí, ¡muchísimas gracias por el trato y por vuestro tiempo!
Una vez en O Pedrouzo, nos hemos instalado en el alojamiento (que está a 3 kilómetros del centro), hemos hecho el directo de cada lunes con Rioja7 y nos hemos ido a dar un paseo. Hemos estado en un garito típico del lugar, O KM19, y los niños han seguido con su tarea de tatuar a todo el que se dejase. Lola tiene un diseño estrella que tienen todos los peregrinos con los que hemos compartido camino (podéis verlo en nuestro instagram). Y ha tenido su impacto, porque una chica nos ha dicho que le ha gustado un montón, que si le mandamos el diseño de alguna forma, se lo tatúa de verdad. ¡Qué pasada!
Ha sido un día raro; por la tarde ya se palpaba ese ambiente de despedida, de final. Como decía antes, sentimientos enfrentados. A 20 kilómetros de Santiago, de nuestro destino final, estamos tristes porque se acaba, pero super orgullosos de nosotros y de toda la gente que ha estado con nosotros durante estos 30 días, porque no hay nada más bonito que unir a tantas personas por un motivo tan importante como este. De hecho, el agradecimiento se ha multiplicado por diez cuando hemos alcanzado (y superado) el objetivo de donaciones que nos habíamos propuesto conseguir antes de llegar a Santiago. Y eso, por supuesto, no habría sido posible sin la ayuda de nuestra familia, del equipo de Nutrium, de todos los medios de comunicación (riojanos y no riojanos) que nos han dado un lugar para contar nuestro reto solidario; a toda la gente del barrio, a todas las personas del camino. Para nosotros, no hay nada más especial que tantísimas personas se hayan involucrado tanto para apoyar la investigación de la AME y para contribuir a la mejora en la calidad de vida de los niños que la padecen. De verdad, gracias.
Nos vemos mañana en la última etapa de Dos (3) Ramos en el Camino. Santiago nos espera.