Hoy hemos comenzado el día con fuerzas. Eran las 5.15, he dudado sobre si despertar a Yago o no. Abrían el desayuno a las 6.30 y así podríamos salir pronto. Así que eso hemos hecho: a las 6.30 estábamos abajo ya con todo preparado para salir. Solo nos ha hecho falta subir a lavarnos los dientes, y a las 6.58 nos hemos puesto en marcha.
Hemos llevado bien ritmo hoy. Hemos sentado a Yago desde el minuto 1 en el carro y hemos tirado. Según marcaba, hemos caminado sobre 200 metros de desnivel negativo, pero al ser 16km, apenas hemos lo notado. De cualquier manera, el pavimento ha ayudado bastante a mantener el ritmo: con alguna piedrecilla suelta, pero compacto.
A las 9.30 hemos llegado a Sahagún y allí nos hemos encontrado con Angelo y Adriana, dos peregrinos con los que coincidimos mucho. Nos hemos tomado un café y hemos estado charlando (como hemos podido, porque yo el inglés no lo controlo tanto). Al final, entre el café, ir a comprar alguna cosa y demás, la parada ha sido de 40 minutos.
En resumen: hemos hecho 16km en 2 horas y media, incluidas paradas para hacer alguna que otra foto.
Al final hemos llegado a El Burgo Ranero a las 13.30. Hemos llevado muy buen ritmo hoy (Lola y Yago son unos campeones). Una vez en el destino, nos hemos llevado una sorpresa: por haber pasado el ecuador del camino, el nono (el abuelo), nos había dejado todo pagado en el sitio en el que nos quedamos.
Hemos hecho colada, hemos comido estupendamente y, por fin (¡por fin!) he podido echarme una buena siesta.
Después de ese descanso tan reparador, hemos ido a ver a Diana, del bar “En el camino”. Ya estuvimos allí en su día, así que hemos vuelto a verla. Como entonces, muy simpática y cariñosa, e incluso ha hecho una donación para FundAME y los niños.
Tras un rato con Diana, nos hemos ido al otro bar, donde tenemos “la pulsera del todo incluido”. Además, allí hay colchonetas para los niños y podremos grabar los vídeos que queríamos hacer. Hemos tenido también un directo que se ha retrasado un pelín, pero que ha estado genial.
Después de la cena y sin colchonetas (no hacer caso tiene sus consecuencias), nos vamos a dormir y a descansar,
¡Hasta mañana!
Estamos deseando comenzar y compartir con todo el mundo nuestra experiencia; queremos ayudar a Fundame con la investigación, con los tratamientos y sobre todo con la visibilidad, que nadie se quede sin saber que esta enfermedad rara existe y todos los niños merecen vivir de la mejor manera posible.