Nos hemos despertado como siempre y hemos desayunado en el mismo hotel. Ahí ya hemos tenido la primera… “discusión”. Yago no quería cereales, quería una napolitana; yo le he dicho que primero los cereales y ya, después, la napolitana. Al final hemos cedido los dos y ha salido todo bien. Ah, sí, antes de nada: nos gustaría recalcar que la gente del lugar nos ha tratado estupendamente. ¡Gracias!
Antes de salir hoy, nos hemos encontrado con bastante gente con la que nos hemos parado a charlar. Por un lado, un padre y un hijo que están haciendo el Camino en bici (los niños han aprovechado para jugar un rato mientras yo preparaba las cosas). Luego, también, hemos conocido a una chica francesa muy simpática, que nos ha preguntado el motivo de nuestro reto solidario y demás. Por último, hemos coincidido con unos señores de Logroño que nos habían visto por la tele… todos ellos nos han dado un montón de energía para afrontar la etapa de hoy, que era una de las más largas también.
Ahora sí, salimos de Hontanas y nos dirigimos a Boadilla del Camino. Los primeros kilómetros han ido bastante bien. Vías llanas, arregladas, anchas… El cansancio poco a poco se apodera de nosotros, pero lo estamos llevando bastante bien. Sobre todo porque, después de tantos días ya, los tres vamos entendiendo cómo funciona el trabajo en equipo, que tenemos que ayudarnos unos a otros para que todo esto funcione como tiene que funcionar.
Primera parada técnica en Castrojeriz. Hemos tomado un café y hemos comprado unas naranjas, porque no íbamos a poder parar en los próximos 10 kilómetros.
Reanudando la marcha, hemos bajado una gran cuesta después del pueblo, nos hemos encontrado cuatro motos que iban por el mismo camino que nosotros. Han arrancado y han levantado una cantidad de polvo… que hemos tenido que esperar un poco para poder proseguir. No estoy seguro de que sea el mejor terreno en el que llevar una moto, pero bueno.
Luego ha pasado una cosa un tanto curiosa también, que nos ha puesto en estado de alerta, más que nada. Ha pasado por nuestro lado un coche que llevaba en la ventanilla tres girasoles. Se ha metido en una finca, ha dado tres vueltas, ha salido por un camino, se ha metido para la derecha, otras dos vueltas, ha salido por otro lado… ha sido un poco extraño, pero al final ha desaparecido y hemos podido seguir adelante tranquilamente.
A la salida de Castrojeriz hay una subida muy grande. Tania, que más o menos lleva el mismo ritmo que nosotros ahora, nos ha visto desde arriba. Cuando ha visto que me ponía el arnés para ayudar a Lola con la bici… ha bajado corriendo a echarnos una mano. Ha cogido la bici, Lola ha subido andando y yo he tirado con el carro de Yago.
Poco más a destacar en el día de hoy. Hemos hecho otra parada técnica. En este punto de la etapa ya estamos todos cansados, nos tensamos… pero cuando llegamos a destino se nos olvida.
Nos estaban esperando en Boadilla del Camino Pili y Dani, que pasan el finde aquí. Dani nos acompañará en la etapa de mañana mientras Pili turistea un poco por la zona. Hemos comido juntos en el mismo sitio en el que nos alojamos y después hemos subido a la habitación a reponer fuerzas.
Hemos lavado la ropa, tendido y nos hemos echado una siestecilla. ¡Ah, se nos olvidaba! A Lola se le ha caído un diente…
¿Vendrá el Ratoncito Pérez hasta aquí a dejarle su regalo?
¡Mañana lo descubriremos!
Estamos deseando comenzar y compartir con todo el mundo nuestra experiencia; queremos ayudar a Fundame con la investigación, con los tratamientos y sobre todo con la visibilidad, que nadie se quede sin saber que esta enfermedad rara existe y todos los niños merecen vivir de la mejor manera posible.
