El día al fin llegó. Amanecemos en Roncesvalles. Mezcla de nervios e ilusión para este equipo de aventureros que emprendemos la aventura después de meses de meses de preparación.
A las 7 estamos en pie, a las 8 ya estamos listos para desayunar, coger fuerzas y salir a recorrer los primeros kilómetros de nuestro viaje. Yago ha bajado volando, casi literalmente: ha tropezado con los prismáticos y ha llegado abajo antes que nadie. Ha empezado el Camino por todo lo alto.
El primer tramo de esta etapa ha ido bastante bien; incluso hemos tenido una pequeña charla con SER La Rioja. Hemos hecho la primera parada técnica en el pueblo de Viscarret-Guerendiain. Primero lo primero: los pies al pilón de agua por aquí, cambio de calcetines por allá… También ha habido tiempo de descargar jugando un rato en el parque. Ha sido un descanso largo, de unos 50 minutos, pero tras el que hemos reanudado la marcha con más energía. Energía que necesitaríamos más adelante.
Como ocurre en todas las cosas importantes, ha habido una pequeña falta de entendimiento entre Lola y yo (Kike). Ella estaba agobiada porque no quería ralentizar la marcha de su hermano y su padre, pero se ha resuelto rápido. Somos una piña, hemos hecho reunión de equipo y todo se ha solucionado en un momento. Continuamos con su camino.
Todo en la vida está llena de casualidades, y Dos (3) Ramos en el Camino se ha encontrado con una muy bonita en su primer día. Después de un par de cuestas en condiciones, nos hemos encontrado con unos canarios. Ella es enfermera y había trabajado con una niña con AME hasta los 17 años. Un motivo más para continuar con el mensaje que tanto queremos hacer llegar a todo el que nos quiera escuchar.
Todo ha ido medianamente fluido hasta los últimos 6 kilómetros: zonas muy rocoss, irregulares… hemos tirado como hemos podido, tirando los unos de los otros. La superficie no ha sido de gran ayuda, y Lola se ha caído con la bici. Pero hemos tenido la gran suerte de que se han topado con otros peregrinos que le han dado un chocolate mágico que le ha ayudado a seguir como la campeona que es.
Estos peregrinos (desde aquí, un saludo!) han jugado un papel importante en esta última parte de etapa. Uno de ellos no ha dudado en ayudar a Lola (en más de una ocasión) cuando el terreno se volvía a complicar y necesitaba ayuda con la bici.
Y así, sin pausa pero sin prisa, nos hemos encontrado con Paula, que nos estaba esperando para comer todos juntos. Entonces nos hemos encontrado con otro grupo de peregrinos que nos había visto en Roncesvalles. Estos no podían creerse que hoy, con los campeones Lola y Yago, de verdad estuviéramos haciendo el Camino de Santiago así.
Hemos aprovechado la tarde para hacer recados, ducharse, lavar la ropa… pero también para conocer el pueblo, para ir al río a mojar los pies. Descanso merecido después de un primer día lleno de emociones.
Estamos deseando comenzar y compartir con todo el mundo nuestra experiencia; queremos ayudar a Fundame con la investigación, con los tratamientos y sobre todo con la visibilidad, que nadie se quede sin saber que esta enfermedad rara existe y todos los niños merecen vivir de la mejor manera posible.